Son muchas las obligaciones, ajetreos de la vida moderna y apuros por ganar el dinero para vivir, esto hace que en ocasiones los padres no dispongan de grandes cantidades de tiempo para dedicarles a sus hijos, tiempo para corregir, para educar, para adquirir hábitos, así como el tiempo que el niño requiere pasar con sus padres.
Es importante organizarse para dedicar tiempo de calidad a los pequeños. Tiempo en el que disfruten de nuestra compañía, cariño, aprendizaje y desarrollo.
Dedicarles tiempo a los hijos no solo es bueno para ellos, es un tiempo de disfrute, que aporta beneficiosas ventajas para todos: mejora los vínculos afectivos, la autoestima, potencia el desarrollo personal, fomenta el aprendizaje, nos ayuda a liberarnos del estrés y favorece la comunicación. En definitiva contribuye al buen humor de todos y a la felicidad familiar.
Sin embargo la realidad es que las tendencias de la sociedad en los últimos treinta o cincuenta años han cambiado básicamente de pro-familia a anti-familia.
Estamos intentando avanzar a través de un entorno turbulento y poco amistoso, y hay vientos poderosos que fácilmente derrumban a las familias.
Desde 1940 los principales problemas de disciplina en las escuelas públicas han cambiado de comer chicle y correr en los pasillos a embarazos adolescentes, violaciones y atracos (Covey, R. 2001).
Es importante organizarse para dedicar tiempo de calidad a los pequeños. Tiempo en el que disfruten de nuestra compañía, cariño, aprendizaje y desarrollo.
Dedicarles tiempo a los hijos no solo es bueno para ellos, es un tiempo de disfrute, que aporta beneficiosas ventajas para todos: mejora los vínculos afectivos, la autoestima, potencia el desarrollo personal, fomenta el aprendizaje, nos ayuda a liberarnos del estrés y favorece la comunicación. En definitiva contribuye al buen humor de todos y a la felicidad familiar.
Sin embargo la realidad es que las tendencias de la sociedad en los últimos treinta o cincuenta años han cambiado básicamente de pro-familia a anti-familia.
Estamos intentando avanzar a través de un entorno turbulento y poco amistoso, y hay vientos poderosos que fácilmente derrumban a las familias.
Desde 1940 los principales problemas de disciplina en las escuelas públicas han cambiado de comer chicle y correr en los pasillos a embarazos adolescentes, violaciones y atracos (Covey, R. 2001).
Parecieran absurdos los problemas de conducta que se vivían en esos años a comparación de los grandes problemas que hoy en día nos aquejan, esto es debido al poco tiempo que ahora comparten padres e hijos.
El porcentaje de familias en el que uno de los padres se encuentra en casa con los hijos todo el día ha bajado del 66.7% al 16.9%, mientras el niño pasa un promedio de siete horas al día frente al televisor y 10 minutos con su padre.
EL JUEGO
Para Sulecio (2004) cuando jugamos con nuestros hijos se fortalece nuestra relación con ellos y el vínculo familiar, porque nos ofrece una oportunidad para comunicarnos abiertamente sin presiones. Al relajarnos jugando, somos capaces de escuchar más empáticamente y prestar atención a los pequeños detalles del comportamiento de nuestros hijos. De esta manera los conoceremos más y entenderemos mejor sus actitudes y respuestas.
Como adultos, podremos tener nuestra propia opinión sobre jugar y muchos podrían pensar que hacerlo es una pérdida de tiempo o algo sin importancia. Jugar es mucho más importante de lo que todos creemos y el tiempo invertido jugando con nuestros hijos, traerá cuantiosos dividendos emocionales y cognoscitivos en el largo plazo.
Jugando tenemos oportunidades para elogiarlos por sus esfuerzos y por lo que hacen bien, así
como para enseñarles a conseguir lo que desean y ayudarlos a conocerse a sí mismos.
El mensaje que transmitimos a nuestros hijos cuando jugamos con ellos es “me importas y me
importa lo que a ti te gusta”. Ese momento diario que dedicamos exclusivamente a convivir con ellos significa una tremenda contribución para la construcción de su autoestima.
El porcentaje de familias en el que uno de los padres se encuentra en casa con los hijos todo el día ha bajado del 66.7% al 16.9%, mientras el niño pasa un promedio de siete horas al día frente al televisor y 10 minutos con su padre.
EL JUEGO
Para Sulecio (2004) cuando jugamos con nuestros hijos se fortalece nuestra relación con ellos y el vínculo familiar, porque nos ofrece una oportunidad para comunicarnos abiertamente sin presiones. Al relajarnos jugando, somos capaces de escuchar más empáticamente y prestar atención a los pequeños detalles del comportamiento de nuestros hijos. De esta manera los conoceremos más y entenderemos mejor sus actitudes y respuestas.
Como adultos, podremos tener nuestra propia opinión sobre jugar y muchos podrían pensar que hacerlo es una pérdida de tiempo o algo sin importancia. Jugar es mucho más importante de lo que todos creemos y el tiempo invertido jugando con nuestros hijos, traerá cuantiosos dividendos emocionales y cognoscitivos en el largo plazo.
Jugando tenemos oportunidades para elogiarlos por sus esfuerzos y por lo que hacen bien, así
como para enseñarles a conseguir lo que desean y ayudarlos a conocerse a sí mismos.
El mensaje que transmitimos a nuestros hijos cuando jugamos con ellos es “me importas y me
importa lo que a ti te gusta”. Ese momento diario que dedicamos exclusivamente a convivir con ellos significa una tremenda contribución para la construcción de su autoestima.
¿QUE DEBES DE TENER EN CUENTA AL JUGAR CON TUS HIJOS?
Jugar no es una tarea fácil para los padres, hay que entregarse de lleno a dicha actividad, por lo que estos consejos pueden ayudarte a crear un mejor momento con tus hijos.
Tener un hijo es una gran responsabilidad; entender que jugar con ellos es parte de esta responsabilidad es un paso importante hacia una sana convivencia.
Recuerda que Psine te brinda las herramientas que te ayudarán a reforzar el vínculo que tienes con tus hijos, para llevarlos a cabo en los ámbitos escolar y familiar.
REFERENCIAS
Sulecio, A. (2004).Papi, Mami, Juguemos. EducaVirtual. Guatemala. Año 1 , No 2.
Rosas, M. (2008).¿Y tú, te diviertes con tus hijos?. CENGACE LEARNING, España
Covery, S. (2001). Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas. Ediciones Palabra. España
Jugar no es una tarea fácil para los padres, hay que entregarse de lleno a dicha actividad, por lo que estos consejos pueden ayudarte a crear un mejor momento con tus hijos.
- Dedícales atención exclusiva
- Disfruta de la emoción del juego: juega “de a de veras”
- Respeta los lapsos de atención y detente cuando observes signos de cansancio en tu hijo (sueño, hipo, irritabilidad).
- Expresa afecto a través del juego, palmaditas en los hombros o la espalda, chocar las manos, abrazarse, etc.
- Permite que ellos dirijan el juego.
- “Piensa como niño”, Te ayudará a entender el mundo desde su perspectiva.
- Al tratarse de juegos con reglas especificas (deportes) recuerda siempre prestar atención y observar si este satisface a tu hijo, ya que muchas veces puede causar frustración al no comprenderlas.
- Leer también es jugar. Leerles cuentos haciendo mímica y variando las voces de los personajes es una excelente experiencia para desarrollar el lenguaje y conectarse con el mundo de los libros.
- Intégrate a su mundo de fantasía, no siempre la lógica es necesaria.
- Las ocasiones para jugar son ilimitadas: podemos jugar al bañarse o vestirse, al cantar en el automóvil, al salir a dar una caminata, al hacerse cosquillas, etc.
Tener un hijo es una gran responsabilidad; entender que jugar con ellos es parte de esta responsabilidad es un paso importante hacia una sana convivencia.
Recuerda que Psine te brinda las herramientas que te ayudarán a reforzar el vínculo que tienes con tus hijos, para llevarlos a cabo en los ámbitos escolar y familiar.
REFERENCIAS
Sulecio, A. (2004).Papi, Mami, Juguemos. EducaVirtual. Guatemala. Año 1 , No 2.
Rosas, M. (2008).¿Y tú, te diviertes con tus hijos?. CENGACE LEARNING, España
Covery, S. (2001). Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas. Ediciones Palabra. España
CONSECUENCIAS DE NO PASAR TIEMPO CON TUS HIJOS.
Lo primero que debes recordar es que tus hijos son un reflejo de ti, el modo en que los tratas repercute en su comportamiento como hijos y más adelante en su comportamiento como padres, tal y como lo aclara la Dra. Carol Kryder de Just Answer.
"Los niños necesitan pasar tiempo con sus padres porque éstos son sus modelos a seguir, sus maestros y guías. Los padres transmiten su sistema de valores a sus hijos cuando pasan tiempo de calidad con ellos" (Kryder, 2006).
De tal modo, que hacer lo contrario puede traer serias consecuencias, según afirmó la experta en salud mental, tales como:
CALIDAD, NO CANTIDAD
De acuerdo con la psicóloga clínica y experta en salud mental, Carol Kryder, el no invertir tiempo en la familia se ha vuelto un gran problema en la sociedad, pues la mayoría de los padres creen que no pasar tiempo con sus hijos es fácilmente compensable dándoles un regalo material.
Estudios realizados por el Centro de Investigaciones Child Trends con sede en Washington, han comprobado que a los niños les gusta más convivir aunque sea 10 minutos con sus padres, por ejemplo jugando un juego de mesa, que recibir un juguete de moda.
Esta teoría ha quedado confirmada por las estadísticas publicadas por el National Longitudinal Survey of Youth, (2005) en donde cuatro de cada cinco adolescentes encuestados coincidieron en lo mucho que disfrutan pasar tiempo con sus padres:
Sin embargo, el tiempo que invertimos en la familia sigue disminuyendo y tal parece que como lo afirma la Coordinadora del Sureste de la organización National Latina Health Network, Mari Quiala, en la mayoría de los casos, los padres culpan al trabajo de su falta de interés, ya que estos no pueden renunciar, ni aumentar horas al día o dormir menos, por lo que se requiere de un fuerte compromiso con los hijos cuando estamos en su presencia.
Lo primero que debes recordar es que tus hijos son un reflejo de ti, el modo en que los tratas repercute en su comportamiento como hijos y más adelante en su comportamiento como padres, tal y como lo aclara la Dra. Carol Kryder de Just Answer.
"Los niños necesitan pasar tiempo con sus padres porque éstos son sus modelos a seguir, sus maestros y guías. Los padres transmiten su sistema de valores a sus hijos cuando pasan tiempo de calidad con ellos" (Kryder, 2006).
De tal modo, que hacer lo contrario puede traer serias consecuencias, según afirmó la experta en salud mental, tales como:
- Problemas de conducta o aprendizaje en la escuela
- Actividad criminal
- Abuso de alcohol y drogas
- Embarazos adolescentes
- Baja autoestima
CALIDAD, NO CANTIDAD
De acuerdo con la psicóloga clínica y experta en salud mental, Carol Kryder, el no invertir tiempo en la familia se ha vuelto un gran problema en la sociedad, pues la mayoría de los padres creen que no pasar tiempo con sus hijos es fácilmente compensable dándoles un regalo material.
Estudios realizados por el Centro de Investigaciones Child Trends con sede en Washington, han comprobado que a los niños les gusta más convivir aunque sea 10 minutos con sus padres, por ejemplo jugando un juego de mesa, que recibir un juguete de moda.
Esta teoría ha quedado confirmada por las estadísticas publicadas por el National Longitudinal Survey of Youth, (2005) en donde cuatro de cada cinco adolescentes encuestados coincidieron en lo mucho que disfrutan pasar tiempo con sus padres:
- El 48% de los adolescentes encuestados entre 12 y 14 años de edad, aseguraron "hacer algo divertido" con su familia más de tres veces a la semana.
- El 72% de los adolescentes cenan con la familia por lo menos cinco veces a la semana.
- El 59% consideraron que quieren ser como sus papás.
Sin embargo, el tiempo que invertimos en la familia sigue disminuyendo y tal parece que como lo afirma la Coordinadora del Sureste de la organización National Latina Health Network, Mari Quiala, en la mayoría de los casos, los padres culpan al trabajo de su falta de interés, ya que estos no pueden renunciar, ni aumentar horas al día o dormir menos, por lo que se requiere de un fuerte compromiso con los hijos cuando estamos en su presencia.